11:30

Hace frío, y te estoy sintiendo como la tarde en que nos conocimos, estoy odiando a la gente que me llevó a vos, porque es así, todos los caminos conducen a roma y todas las puertas, mis puertas, conducen a vos.
No tenías que irte sin despedirte, con un Chau me bastaba, pero no, tenías que irte sin avisar.
Me da miedo pensar como estarás ahora, me da miedo pensar que te puedes aparecer en mis sueños. No quiero verte
Estoy sangrando por tu culpa, y a estas alturas te odio. Odio que no pueda ser como antes, odio no encontrar tus cigarrillos en mis bolsillos, no sentir el olor a humo mezclado con tu perfume. Odio no verte bajar del tren y sonreirme, como rutina.
Y así terminó, ahogado en lágrimas, deseando que todo esto sea mentira, que mañana me llames, y me digas "lomas 11:30", sin preguntarme si puedo. De todas formas a las 11:30 yo estaba ahí.
Ahora la estación está vacía. Como mi cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario