Miradas.

Te miro mientras fumo, me miras, tus ojos clavados en los míos, tan clavados que hasta duele sostenerte la vista.
Pero la sostengo, mientras contengo la respiración tratando de no toser. Por intentar sostenerte la vista me olvide de como fumar, de como sentir, de como vivir.
Así que sigo atrapado en esos ojos, en esa cortina de cabellos pelirrojos que rodean tu cara, tus hombros, tus clavículas.
Intento recordar cuanto te gustaba que las besara. Admiro tu cuerpo como un mapa, una ruta, un camino que recorrí de principio a fin hasta que ya no pude seguir.
Te examino de abajo hacia arriba, y termino en tus ojos, como siempre.
Sigues con tu vista clavada en mi, y mis piernas empiezan a temblar. Te empiezas a acercar mientras apago el cigarrillo.
Te sientas a mi lado, me tomas la mano y sonríes.
Esta amaneciendo y los primeros rayos se filtran por la ventana. Cuanto tiempo pasamos mirándonos?, Cuantos cigarrillos fume?.
Y solo nos quedamos ahí, viendo el amanecer, y deseando que uno de los dos tome la iniciativa.

11:30

Hace frío, y te estoy sintiendo como la tarde en que nos conocimos, estoy odiando a la gente que me llevó a vos, porque es así, todos los caminos conducen a roma y todas las puertas, mis puertas, conducen a vos.
No tenías que irte sin despedirte, con un Chau me bastaba, pero no, tenías que irte sin avisar.
Me da miedo pensar como estarás ahora, me da miedo pensar que te puedes aparecer en mis sueños. No quiero verte
Estoy sangrando por tu culpa, y a estas alturas te odio. Odio que no pueda ser como antes, odio no encontrar tus cigarrillos en mis bolsillos, no sentir el olor a humo mezclado con tu perfume. Odio no verte bajar del tren y sonreirme, como rutina.
Y así terminó, ahogado en lágrimas, deseando que todo esto sea mentira, que mañana me llames, y me digas "lomas 11:30", sin preguntarme si puedo. De todas formas a las 11:30 yo estaba ahí.
Ahora la estación está vacía. Como mi cabeza.

Miercoles

Miercoles con gusto a cafe y vodka,  a mala cara, a tiritar al sentir el viento cortante en mis labios, como rastro de la noche en que te espera hasta que el sol me dijo "Juan, estas borracho", y lo estaba, estaba tan borracho como para verte en los trenes que me llevaban a tu casa, para verte en la cara de todas las putas que intentaron ocupar tu lugar. Te espere hasta que mi cuerpo expulso todo el rastro tuyo en el, cada caricia, cada beso, cada cosa que prometimos y no cumplimos. Ahora cada vez que creo verte me asusto.
Ahora son las 8, sigo fumando, y tengo las manos congeladas. Tan congeladas que me duele escribir, bueno...siempre me dolió escribir, escribirte o escribir para otras, como sea.

Props

Hoy entendí, a raíz de un hecho.
Que quien menos pensé que lo iba a hacer, saco pecho por mi.
Saber que tengo alguien que me cubre las espaldas es algo, no se si increíble pero genial.
Esa persona, en quien confiaba a medias, que pensaba que iba a decirme que soporte las causas de mis acciones y que parecía no dar nada por nadie, se jugó por salvarme del peligro de mis actos.

Props y S/o para Lucas, si no fuera por el tendría los ojos morados y las costillas rotas

Duele

Y volví a mirar al techo.
Pensando en que me dolía quererla, me dolía que haya sido ella a la que había elegido querer después de tanto tiempo. Me dolía su Carpe Diem, yo no sabía vivir el momento.
Me dolía haber sacado todo lo que guardaba, y que ella no pudiera quererme, sólo por su miedo.
Me dolía su volatilidad, me dolía no saber si podía quererme tanto como lo hacía yo.
Intente guardar mis lágrimas, me sentía tan tonto, tan indefenso.
Porque nadie podía quererme como lo hacía yo?
Porque nadie podía sangrar por mi, como yo sangre por otras personas?.
Me cuesta aceptar que me había vuelto a ilusionar, después de tanto, y como siempre me salió mal.
Y ahora lo veo todo gris.

Corrientes

Cruce la puerta, apretando las manos, sintiendo el rastro de tu tacto.
Putie por dentro. Putie por no tenerte. Putie por que no eras mía; pero putie más por haberte dejado ir.
Me senté, prendí un cigarrillo y mire nuestra foto. Que felices que éramos.
O capas lo seguimos siendo, vos con el, y yo con tu recuerdo.
Sólo quisiera volver a esa tarde en la que el frío enrojecia tu nariz; y mi aliento se mezclaba con el cigarrillo y tu boca. Los arbolitos gritaban "Cambio, cambio" y no hablo de plantas. Tus brazos entre mi campera. Tus piernas tiritando del frío. La gran Buenos Aires pintaba tus ojos de esos colores que sólo se sueñan, como cuando consumís LSD.
Me sonreíste y perdimos el tren. Constitución fue testigo de como nos amamos, sin Sexo y esas mierdas, eso venía después.

Que lindos se veían tus ojos cuando el humo entraba por tus pupilas.
"A la mierda" me dijiste, y me llevaste a patear por la calle Corrientes. Y así durante toda la noche, la calle parecía no dormir, yo quería dormir, pero a tu lado