Los perdedores usamos drogas.

Me ato a la rutina, voy y vengo por la casa golpeando las puertas.
Me atenúa el brillo de mi pieza y a contraluz todavía se nota tu silueta.
Me aguanto las ganas y dejo que a la taza se le sequen las marcas de café.
Escribo en base a pies de fotos, y se me congela una mano por el frió.
Anoche soñé que te tocaba la puerta, y hoy quise agarrarme a trompadas con tu recuerdo.
Quise tirarte lo que sentía, sin coherencia
para ver si me vaciaba un poco el remordimiento de haberme ido esa tarde.
Cuando viajo en tren lo veo todo difuso.
Y llego a casa con las medias rotas y mojadas, y con un frasco de flores.
Y me fumo una, y me fumo otra.
Y la cara se me descoloca.
No me quiero afeitar ni peinar, quiero que las lineas del piso me dibujen tu bufanda.
Desearía ser el que te roba el sueño.
Y voy subiendo, por una escalera que se resquebraja con cada pisada.
Y las voces son cada vez mas lejanas, y veo todo cambiar de forma.
Piso el ultimo escalón y solo hay una pieza fría.
Y me siento a tomar mates con mis mambos, a pensar en el tiempo que me queda.
Y empiezo a pensar, que el ruido que viene de afuera es una linea mas de tu bufanda.
Y de a poquito voy bajando, voy volviendo al mundo.
Un mundo en donde Vos, no estas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario