Viaje

Nos creímos reyes cuando no pudimos serlo, y todos lo notaron.
Lo vi en la forma que sabías bailar las tristezas
Como tu cuerpo danzaba el ritmo lento de la bajada de las mil horas del viajé.
Y yo que no podía mantener mi cara en orden, supe entregarme a vos sin mover un sólo músculo.
Enredada en las sábanas, perdias la mirada en aquellos cuadros que no existían.
El murmullo aturde y corta silenciosamente, tanto que no lo soporto.
No me dejes solo en ese vacío que hay entre canción y canción.
No me dejes solo en este viaje.

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