Nena, no sabia como dirigirme a vos. Me daba vergüenza buscarte para mandarte un mensaje, o dejarte algún comentario, así que escribirte por acá me parece algo bastante coherente, quizás me lees.
Primero que nada: Gracias, ya te voy a explicar porque.
Tenia este espacio un poco abandonado y ya estaba juntando polvo, así que me había decidido a entrar para...no se, despedirme. Que sentido tenia seguir publicando los textos mediocres que escribo cuando me deprimo? La verdad, no encontraba ningún sentido. Estuve un tiempo perdido en mi, en mi situación.
Vivo una puta monotonía todos los días. Casa, estudios, dormir, casa, estudios, dormir, casa, estudios, dormir. Y así sucesivamente, alternando el orden o añadiendo alguna visita de amigos.
Mis citas con mi pequeño cuadernito se estaban haciendo menos frecuente y eso, en gran medida, me estresaba demasiado. Tirado en mi cama, me imaginaba escribiendo uno de esos textos que acostumbran a llenarme el alma, pero cada vez que agarraba la lapicera, la vista se me nublaba y la mente se me ponía en blanco.
Dije basta.
Me decidí a cerrar el blog, o al menos a darle un punto final.
Cuando entre, vi que tenia dos comentarios, cosa que me pareció super rara porque, soy consciente de que soy un misero escritor al que lo leen máximo 8 personas.
Al leer tus comentarios, se me ilumino el alma.
Leerte fue un viaje del que me dio mucha pena bajar.
Descubrí similitudes que jamas pensé que encontraría en este universo tan grande.
Así que me decidí a no dejarlo, a seguir escribiendo, porque esto es lo mio.
Gracias nenita, por darme un ultimo empujoncito cuando me estaba por caer.
Ojala nos crucemos en esta vida, o en la otra, y nos juntemos a tomar un café, leer un rato, comentarnos los blogs mutuamente o que se yo. Quien sabe.
Estoy un poquito loco.
Querido cósmico, por entidades superiores a nosotros, creo que caer en tu blog (en base a que un amigo me lo pasó, diciéndome que escribíamos igual)también fue un empujoncito para mi. Me serviste como espejo, me regocije en mis miserias pensando que tal vez era la única persona que sufría ante el desamor, el amor, la soledad y la incertidumbre de no saber a donde parar en un mundo lleno de paradigmas. Al leerte mi alma se iluminó, supe que había encontrado un ciber amigo espacial que pensaba, y sentía al igual que yo, y aunque suene egoista, me sentí un poco menos miserable y frágil.
ResponderEliminarTe leo, ahora más que nunca. Espero que me sigas leyendo también. Un abrazo, y nos tomamos un cafecito en otra vida.